Solomillo de cerdo relleno de níscalos

Tic, tac, tic, tac, tic, tac….. con una rapidez sorprendente  transcurre el mes de diciembre y casi sin darnos cuenta, en unos días estaremos de nuevo inmersos en comidas y cenas familiares. 

Mi segunda propuesta de este año para estas celebraciones es un rico solomillo  que llenará nuestras mesas de color y sabor. Una carne exquisita con un relleno insuperable que  acompañada de unas patatas paja bien crujientes gustará a grandes y pequeños por igual.

 

Ingredientes:

• Solomillo de cerdo (sobre 600 grs. pesaba el de la foto)
• Níscalos
• Jamón ibérico
• Puerro
• Zanahoria
• Patatas
• Vino blanco
• Ajo
• Aceite de oliva
• Pimienta
• Sal 

Elaboración:

Limpiamos bien las setas, recomiendo un lavado bajo grifo con un cepillo que nos ayudará a dejarlos sin restos de tierra ni hojas. La dejamos secar bien y a continuación las cocinamos en una sartén con aceite de oliva junto con un poco de ajo bien picado, salamos al gusto. Una vez que hayan perdido la mayor parte del agua que sueltan las reservamos.

Salpimentamos el solomillo y dejamos al menos una hora para que tome los sabores y se atempere. A continuación, con un cuchillo bien afilado lo cortamos de forma que nos quede como un gran filete. Colocamos el jamón ibérico y sobre éste los níscalos. Con cuidado procedemos a enrollarlo y seguidamente bridamos la carne y la sellamos en una sartén para que conserve  los jugos que irá soltando durante el asado.

Cortamos el puerro y la zanahoria que salteamos ligeramente en la misma sartén en la que hemos sellado la carne de forma que se mezclen  los  sabores.  

En una fuente de horno colocamos las verduras y algunos níscalos, encima el solomillo, regamos con un vasito de vino blanco e introducimos al horno a 180º durante 20 minutos, el tiempo es orientativo ya que depende del tamaño y del gusto de cada uno. 

Mientras se cocina el solomillo, aprovechamos para cortar unas patatas paja y freírlas en abundante aceite de oliva, son un poco latosas porque hay que hacerlo en pequeñas cantidades pero realmente merece la pena por lo crujientes y sabrosas que quedan.

Finalmente, partimos el solomillo y lo acompañamos con algunas de las verduras y setas.

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