Sin lugar a dudas, lo mejor de
este viaje a La India, ha sido disfrutar de la afabilidad, alegría y sencillez
de sus gentes.
Este es mi segundo viaje a este
país, en el primero, hace ya bastantes años no disfruté de sus mercados, fue
una visita en la que dediqué más tiempo a los monumentos que a la vivencia del
día a día. Quizás no era el momento, quizás mis intereses no eran los mismos o quizás la zona del país no se prestaba a hacer
el mismo tipo de visitas, aunque estoy segura de que si fuese hoy, muchas cosas
las vería con otros ojos.
En ambos viajes he disfrutado al
máximo, en el primero visité la zona norte del país, en este la zona sur,
probablemente quede un tercero porque La India no es un lugar que se pueda
conocer en un par de viajes.
En esta primera entrada os hablaré
sobre los mercados, la cantidad de bonitas fotografías que he hecho me obligan
a escribir más de lo que tenía pensando en un principio, pero quiero contaros
lo máximo posible de esta inolvidable experiencia.
Pocos, muy pocos turistas me
encontré durante los días que pasé en la zona, supongo que esto ayuda a que la
gente te reciba con amplias y generosas sonrisas, que se vuelquen en ayudarte,
que deseen constantemente que les fotografíes para posteriormente ver cómo
salen. He disfrutado al máximo con estos momentos, son los mejores modelos que
se puede encontrar, personas sencillas y naturales que no buscan nada a cambio
de la foto, algo que no sucede siempre y que he vivido no hace mucho tiempo en
otros países.
A decir verdad, y después de haber
visitado bastantes mercados en diferentes países, me quedé gratamente
sorprendida, dentro de las posibilidades que allí tienen todo se presenta lo
mejor posible, ha resultado muy grato pasear por ellos y observar cómo se
desarrolla el día a día.
He encontrado todo tipo de
mercancías, aunque la variedad de frutas y verduras era lo que más abundaba,
supongo que se debe a que gran parte de los habitantes son vegetarianos y a que
el precio de la carne y el pescado es bastante alto.
Como he dicho, dentro de las
posibilidades que tienen, todo está más o menos ordenado, no hay olores
excesivamente fuertes, más bien predomina el olor a cilantro, hierbabuena, especias
y sobre todo a jazmín, ya que en la mayoría de los mercados hay una zona que se
dedica a la comercialización de flores.
En Cochin, un mercado de pescado
fresco, en el que se puede comprar y llevar directamente a uno de los muchos
restaurantes de la zona para que lo cocinen a tu gusto fue una gran sorpresa.
En las zonas de interior el pescado se suele comercializar seco, aunque hay
algún que otro puesto de pescado fresco.
Las pocas carnes que he visto a la venta eran pollo y cordero, mucho más abundante la primera que la segunda, el domingo es el día en el que se suele comer carne, que se sacrifica y vende en el día, las altas temperaturas y la falta de lugares debidamente refrigerados obligan a ello. Llama la atención ver cómo cortan rápida y ágilmente en pequeños trozos la carne.
Como he dicho, la variedad de
verduras es realmente impresionante, algunas conocidas y otras no tanto, por
haber hasta había una en la que el vendedor se empeñaba en decir que era la “Viagra”
de La India mientras miraba alternativamente a su mujer, mi marido y a mí; el
intercambio de comentarios, risas y chascarrillos fue un momento interesante, a
pesar del obstáculo del idioma logramos entendernos a la perfección, la mayoría
de los gestos son universales. Por si hay alguien interesado os dejo la
fotografía del supuesta “Viagra” y de la mujer del vendedor.
Algo que me llamó la atención fue
la presentación de los productos, en muchas ocasiones, pequeños montoncitos se
ofrecían a los compradores, en otras montones más o menos ordenados y en la
mayoría, vendedores rodeados de productos sobre una especie de plataforma o
bien a ras de suelo.
Las pastas de colores que me
parecieron bastante artificiales se encontraban por todos lados, en algunos
momentos formando perfectas pirámides que desafiaban a la gravedad.
La flor del plátano fue otro de
los grandes descubrimientos, no tuve oportunidad de comerla pero parecía de lo
más apetecible.
Mención aparte merecen las
especias, y la gastronomía, pero eso os lo contaré en otro momento.
Una experiencia única, seguro.
ResponderEliminarY nos gusta verla y que nos cuentes.
Un beso.
Gracias por tu precioso reportaje asi conocemos un poco mas de tu mano esos mercados con tanto colorido, bsss
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