sábado, 20 de julio de 2013

Mi experiencia gastronómica en Marruecos

 
Aunque siempre os hablo de setas, creo que comentar mis experiencias gastronómicas en otros lugares ya se ha convertido en una necesidad. Compartir lo vivido no sólo puede servir de ayuda a otros viajeros sino también una fuente de conocimiento directo que me gusta recordar.

A decir verdad, setas no he visto pero si he consultado con mi guía,   hay zonas del país que debido a su climatología y  diversidad arbórea son buenas productoras de setas silvestres, algo que pude observar en la zona centro de Marruecos en donde el verde predomina y nada tiene que ver con la imagen desértica que normalmente tenemos de este país.

Cuando comencé a organizar este viaje, uno de los alicientes era probar su rica y lo que yo creía variada gastronomía, aunque debido a los desplazamientos de una ciudad a otra, las paradas en “restaurantes” de carretera y algún que otro problema estomacal no pude disfrutarlo tal y como era mi objetivo.

Ni que decir tiene que en este artículo leeréis lo que son mis impresiones personales, probablemente habrá personas que tengan opiniones contrarias a las mías, como siempre lo mejor es probar y a partir de ese conocimiento emitir juicio.

Dentro de los platos típicos de este país destaca el “Tayín”, aparece en todas las cartas y no hay día en el que te falte la oportunidad de comerlo. Se  compone esencialmente de carne de pollo, cordero o ternera, acompañado de una gran variedad de verduras, aceitunas, dátiles, almendras,  ciruelas y otros ingredientes que dependerán del cocinero. Se sirve en una fuente de barro tapada con un capuchón y que casi se puede decir que representa al país, por todos los lados los podréis ver de todos los colores y tamaños. En muchas ocasiones se acompaña de huevo pochado. 


 
Otro plato omnipresente es el famoso kebab, común en todo el mundo árabe, en casi todas las ocasiones lo tomé como si fuese un pincho moruno, trozos de carne asados previamente aliñados con diversas especias que suelen acompañar de patatas fritas o cuscús.

Las ensaladas forman parte de todas las comidas, lo que llaman ensalada marroquí suele estar compuesta de tomates, pimientos, pepinos, cebolla y en ocasiones aceitunas, se aderezan con aceite, sal y comino. También otras ensaladas de berenjena aliñada o diferentes tipos de lechuga suelen ser muy  frecuente. 


 
El cuscús es el plato nacional , normalmente preparado con sémola de trigo cocida al vapor, y se sirve de acompañamiento a verduras y carnes.



Mención aparte merecen los postres, y aunque yo no soy fanática de los dulces el aspecto y sabor es delicioso en la mayoría, pastelitos de frutas, pequeñas galletas bañadas en miel o azúcar especiados con canela, sésamo, nueces, almendras……… harán la delicia de los más golosos.


 
Muchos otros platos se pueden degustar, siempre y cuando tengas un estómago resistente y no te pongas malo a las primeras de cambio.

Especialmente me han gustado y he disfrutado con los mercados locales, exquisitas frutas de temporada, puestos de frutos secos, locales en los que se vende grasa de cordero, bolsas de caracoles, especias, y otras exquisiteces hacen que un paseo por ellos se convierta en una experiencia inolvidable.








 Con respecto a las bebidas, el té a la hierbabuena es la bebida nacional, por todos lados puedes ver personas consumiendo esta bebida y en muchos sitios os la ofrecerán a modo de bienvenida. Las bebidas alcohólicas no siempre estarán a nuestro alcance ya que debido a un fuerte impuesto que tienen que pagar los lugares donde se venden hace que en muchos de ellos no haya. Yo he probado varias de las cervezas más comunes, son suaves y se dejan beber bien. También nos aventuramos a pedir vino en uno de los hoteles y a pesar de ser un buen producto no saben servirlo a la temperatura apropiada, pedimos tinto y estaba “del tiempo” pero es que en Marruecos y en el mes de julio el tiempo es muy, muy caluroso. 



 A destacar los exquisitos zumos de naranja, frescos y recién exprimidos, son una auténtica delicia.


 
Seguro que muchos otros platos se podrían comentar, hacer un análisis de la gastronomía de un país en unas cuantas líneas y después de haber estado sólo unos pocos días, no es algo sencillo y como he dicho, cada opinión es la propia y lo que para unos es excelente, para otros no merece la pena. Desde mi punto de vista, el exceso de especiado resta sabor al producto principal y al final todo te sabe igual. El buen producto no hay duda de que existe pero en mi caso estoy habituada a sabores “más limpios” y este tipo de comida me cansa, quizás para comer una vez al mes sea una delicia pero más de una semana sometida a estos sabores me han hecho desear una simple chuleta a la plancha o unos huevos fritos, algo sin complicaciones ni artificios.

Me hubiera gustado comer en la plaza Jemaa El Fna, donde al anochecer multitud de puestos ofrecen comida a los transeúntes y visitantes, pero una vez más, mi estómago me lo impidió.

Y si alguien quiere tomar un té, creo que ya he aprendido a hacerlo a la perfección, jajaja



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3 comentarios:

  1. Me alegro de hayas disfrutado de tu estancia en Marruecos. Viajar es una experiencia estupenda y cada viaje es una nueva ilusión más para compartir y disfrutar así que sólo puedo decirte que siento una sana envidia porque te aprecio y me consta que habéis disfrutado un montón.

    Cuando has hecho referencia a las especias me he acordado del viaje que hicieron mis cuñados Ana y Antonio a Egipto y a su regreso comentaban lo mismo que has compartido tú y es que este tipo de comidas son excesivamente generosas-aderezadas en exceso- en especias y nos saturan. Otra cuestión muy diferente como tú bien has comentado es disfrutar de un exquisito pincho moruno una vez al año en la feria medieval de tu ciudad o para los afortunados como vosotros en un entorno ideal.

    Feliz verano Conchi y gracias por compartir unas bonitas fotografías y gratas y hermosas experiencias como las que habéis vivido en Marruecos en vuestro afortunado viaje.

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  2. Conchi, menudo viaje que te has dado! la verdad es que he estado en Marruecos en dos ocasiones y me encanta su comida, en especial un dulce que tienes en las fotos y que le llaman sabakillas, pero hay miles de platos que son una delicia, como las bastela, los briuats....
    Ya te imagino rodeada de todo ese mundo y por el reportaje que nos has puesto, me iría mañana mismo a pasar allí unos días.
    Un beso enorme.

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  3. Bonito viaje,gracias por compartir la experiencia.
    Estoy de acuerdo en que tiene que resultar cansino siempre el mismo tipo de sabores, ya cansa el de un bufet de hotel normal así que más tanta especia en todo.
    Un beso grande.

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Me encantará saber tu opinión.
Gracias por tu tiempo.