Mi intención nunca ha sido hacer de este sitio un lugar en el que se pueda aprender de setas, ni buenas, ni malas, en la red existen muchos y excelentes lugares dónde hacerlo. Simplemente he decidido tener mi espacio y compartir algunas de las cosas que con el tiempo he ido aprendiendo sobre cocina micológica.
Aún así y de vez en cuando me permitiré alguna que otra “licencia de autor” y comentaré aspectos o noticias sobre micología que me parezcan interesantes para todos, aficionados, micólogos, simples recolectores o cocinillas, dicho esto con el máximo de los respetos ya que yo me considero una de esas cocinillas.
Tengo la inmensa suerte de haber conocido, gracias a las setas, a grandes expertos que con el tiempo se han convertido en grandes amigos, siempre he valorado mucho su opinión y ya hace días que me dicen que tengo que hacer algo más, que todo está muy bien, pero que parece que vivo en el país de las maravillas, sobre todo con el otoño tan horrible que hemos tenido en lo que a intoxicaciones por consumo de setas silvestres se refiere. Otro día comentaré más ampliamente el terrible otoño del 2010.
Hoy os hablaré sobre una seta de la que todos hemos oído hablar pero que por desgracia todavía sigue causando muchos disgustos.
Se trata de la pérfida y a la vez bella Amanita phalloides, responsable de tantos transplantes de hígado, de dolencias múltiples, de muertes e incluso de haber sido la causante de la muerte del emperador Claudio, algo totalmente incierto, pero esa es otra interesante historia para otro momento.
Casi todos comenzamos por “las que se comen” cuando deberíamos empezar por las que no se comen, y en este cuento Amanita phalloides sería la protagonista indiscutible de la historia.
Podéis encontrar más información en libros de micología o en la red. En esta ocasión sólo quiero hacer un pequeño recuerdo a la prudencia.
Fotografía: Antton Meléndez |
Muchas gracias Conchi por tu ilustrativa información, me alegro mucho de que hayas seguido los sabios consejos y recomendaciones de tus amigos expertos en esta compleja materia. Me alegro porque por un lado, estás contribuyendo a través de este espacio de encuentro a que las personas sean conscientes de los riesgos graves para la salud que puede conllevar el consumo imprudente o "temerario" de setas y por otro lado, me alegro porque al mismo tiempo estás compartiendo con tus recetas, consejos y recomendaciones para que estas mismas personas puedan disfrutar del universo gastronómico que nos aportan las setas en nuestra gastronomía tradicional. Besos.
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