Mi experiencia gastronómica en Sri Lanka

Aunque en este blog me dedico fundamentalmente a difundir  la cocina elaborada con setas, he decidido publicar esta entrada para compartir con vosotros mi experiencia gastronómica en Sri Lanka. Seguro que a muchos os resultará interesante conocer algo más sobre esta exótica cocina y a mi, me encantará recordarla. 

 Durante la mayor parte del viaje, los desayunos y las cenas las realizamos en el hotel  donde nos hospedábamos, por el contrario las comidas del mediodía las hicimos en ruta, en restaurantes  de cocina local y también, en algunas ocasiones, disponían de las típicas pizzas y pasta italiana.

El arroz y las especias son las protagonistas de todos los platos, se combina con verduras y salsas de todo tipo, y si el comensal  lo desea  se acompaña de pescado y carne, ternera o pollo en la mayoría de las ocasiones. Sorprende la gran variedad de arroces de diferentes formas y colores, por supuesto mi curiosidad me llevó a comprar un poco de arroz rojo, con el cual elaboraré una receta que tengo en mente. En algunos de los bufés en los que cenamos, las diferentes clases de arroz se cocina en enormes vasijas de barro que se mantenían calientes con una pequeña llama.

El pescado fresco y muy bueno, cocinado de mil y una formas y siempre presente en todas las cartas, acompañado del omnipresente arroz y salsa que unas veces picaba mucho y otras picaba un poco, pero siempre picante. Una y otra vez repetía, “Please, no spicy”, a lo cual el camarero me respondía con una sonrisa, me decía que si, pero al final en la cadena de trasmisión el mensaje no llegaba al cocinero.

Por picar hasta picaba el queso, increíble pero cierto, y a pesar del aviso me serví un buen trozo, aunque si he de confesar la verdad, se quedó en el plato.

La variedad de pescado seco y en salazón  que da un fuerte e intenso  olor a los mercados también es algo diferente y sorprendente para nosotros, o al  menos para mi si lo ha sido.

Para cocinar se usa aceite de coco, el cual aporta un suave y agradable sabor a los platos, en una de nuestras visitas paramos en una casa en la cual nos mostraron todo lo que se hace con el coco, realmente asombroso, la verdad no tenía ni  idea del gran aprovechamiento que puede hacerse de este fruto. Además del aceite, se extrae leche, harina, licor, miel ( según mi guía la miel de abejas sólo se utiliza en medicamentos),  por si esto fuera poco se aprovecha la parte exterior para hacer cuerdas, recipientes… Creo que el coco en este país se puede comparar al cerdo, se aprovecha todo.

Mención especial merecen la gran cantidad de diferentes hierbas aromáticas y  especias que se cultivan en el país, de hecho visitamos un Jardín de las Especias, espectacular en si mismo y en el cual no dejaba de asombrarme y aprender a cada paso que daba. Nuez moscada, pimienta, vainilla, canela, cardamomo, chile rojo, cúrcuma, sésamo….. todo un mundo de sabores y aromas por descubrir, lo cual pienso hacer poco a poco.

Las frutas, como en todos los países tropicales, de una variedad impresionante, fruta de la pasión,  guayaba,  papaya, coco, una pequeña pero sabrosísima piña, plátanos de varias clases,  también pequeños y con un extraordinario sabor, sobre todo uno de ellos cuya piel era de un precioso color rojizo, sandía, manzanas, peras y en ocasiones naranjas han hecho la delicia de mis postres.

Con respecto a las bebidas, el té es la bebida nacional y a pesar de no gustarme demasiado me sentí en la obligación de probarlo en varias ocasiones, la cantidad y diversidad hizo difícil la compra del mismo, menos mal que nuestro guía nos explicó pacientemente la diferencia entre cada uno de ellos, aunque lo que más me gustó fue ver los inmensos cultivos de este producto que se exporta a todo el mundo y las mujeres recogiendo las hojas más tiernas para vender al peso.

Además de los exquisitos zumos naturales, se puede tomar cerveza de importación y local, esta última de marca Lion es la más popular y vendida, curiosamente en un par de ocasiones no pudimos tomar cerveza, la primera de ellas porque había una procesión hinduista en el pueblo que visitamos y la segunda porque había luna llena y durante este día, además de ser festivo todos los meses, está totalmente prohibida la  venta de alcohol.  Debido a esto me decidí a probar una bebida que tomaba mi guía, cuyo nombre “EGB”, me recordaba a mis días de colegio, era una especie de refresco con un ligero sabor a limón y aunque parezca mentira también picaba, aunque muy suavemente.

Platos elaborados con setas también había, en una cantidad que no esperaba encontrar, pero esos los dejaré para otro día, cuando los vaya cocinando y adaptando a nuestro paladar.

Algunas veces compartimos nuestra comida con algún que otro comensal inesperado pero muy bien recibido.

Los preciosos y coloridos mercados hacen las delicias del aficionado al buen comer, a destacar  la amabilidad de sus gentes, siempre dispuestas a mostrarte y enseñarte lo mejor de su tierra.

Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, supongo que con el tiempo las vivencias se irán ordenando en mi mente y con ello surgirán nuevos comentarios a nuevos platos que iré elaborando. Espero que os haya gustado esta experiencia gastronómica de la exótica y preciosa Sri Lanka. Un recuerdo especial para Sisintha, nuestro guía en el país.

Imprimir artículo